El valle de Boí y el conjunto de pueblos que lo constituyen ofrecen una gran riqueza en tradiciones y fiestas populares.

Durante todo el ano, los festejos están asegurados. Desde las conocidas fallas, que comienzan en junio y se celebran durante todo el verano, hasta la conmemoración de Todos los Santos en noviembre, pasando por el baile de bastones en Malpas o por el baile Tatero en Vilaller, el 1 de julio, las escenificaciones propias de la Semana Santa o las Jornadas Gastronómicas de la Seta en octubre. Y sin olvidar las audiciones de música clásica.

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